El creyente

tres religiones

RADIOGRAFÍA DE UNA CONVERSACIÓN

–EL CREYENTE Y LOS CREYENTES (3)–

  1. Maneras de pensar. El creyente rechaza el pensamiento al vacío, único espacio figurado en el que es posible la conversación. El creyente no se despega del cuadro, no es neutral.

  2. El creyente habla del presente más tópico (la gran obra social de la Iglesia) y de cuestiones personales (la Iglesia que yo conozco, la enseñanza que yo quiero, lo que para mí es la religión).

  3. El creyente maneja una cuenta B de las ideas o crea particiones mentales a su medida (religión / hombre), (religión / ideología), donde hombre e ideología corren con la parte negativa de lo que se habla o de lo que no se quiere hablar.

  4. Doble juego. El creyente, cuando ha querido, ha jugado a la unicidad entre el cristianismo y la que él llama identidad de Europa o de España. Y, cuando le ha interesado, ha jugado a las religiones por cuotas. Se ve obligado a aceptar el islamismo (sobre el que lanza unas propuestas absolutamente idealistas) para que lo acepten a él y a su Iglesia.

  5. Fe y religión. El creyente da por demostrado lo que está por demostrar, la existencia de Dios, fundamento de la fe. Si Dios creó al hombre nadie lo sabe, pero que el hombre creó a Dios lo sabemos todos, fundamento de las distintas iglesias. Se trata entonces de hablar de grupos o sociedades humanas perfectamente sujetas a crítica.

  6. Conspiración. Como parte del grupo Iglesia, del grupo religión, el creyente ve conspiraciones a su alrededor y tiende a creer que su oponente también forma parte de un grupo (laicismo, marxismo, ideología de género).

  7. El creyente saca a relucir fiestas y ritos (rezos, limosnas, cruces, campanas, estampas, belenes) ante los que el nocreyente caería en la trampa de parecer malvado o aburrido.

  8. Terminología. El creyente distingue entre Estados aconfesionales y laicos, y hace bien, pero el tema no era el derecho constitucional, que el nocreyente, por supuesto, cambiaría.

  9. Abstracción y atemporalidad. El creyente juega con ventaja: aconfesionalidad del Estado, que no se revisa desde 1978, y Concordato, que tampoco, desde 1979. El creyente finge que no hay política (PP, Psoe) y que no hay historia, que no existe en España la cuestión religiosa (Segunda República, franquismo, Transición).

  10. Política. Todo es política. Con la diferencia de que los partidos políticos, al menos, salen cada cuatro años a discusión; la Iglesia y las iglesias, no.

  11. El creyente se apropia de los conceptos de mayoría y de democracia y, en su nombre, se permite hablar de libertad y fraternidad (su amor al prójimo). De igualdad, no habla.

  12. Minorías. El creyente ignora que la democracia se mide por la calidad de vida de las minorías. Así que todo su aparato documental y argumentativo, en realidad, no sirve intelectualmente para nada. El nocreyente es la minoría o, como diría Salinas, el contemplado.

  13. En España, un observatorio de los derechos de las minorías constataría que la mayoría católica, que nadie discute, lo tiene todo a favor (calendario, sistema educativo, protocolos del Estado y de la vida social: bodas, bautizos y comuniones, la BBC, funerales), mientras que laicos, judíos y musulmanes lo tienen más difícil.

  14. El Islam. El nocreyente prohibiría la proyección del calendario católico. La imposición del domingo ya conculca derechos, cuando, precisamente, el creyente es quien razona en términos de su religión entre las demás religiones. Hay que recordar que el texto que motivó la intervención del creyente, era sobre el Islam.

Daniel Lebrato, 8 del 10 de 2015


fuentes:

eLTeNDeDeRo, etiquetas religión y Jesús Cotta

Jesús Cotta, entradas en su bloc. 30 de septiembre, 5 de octubre, 7 de octubre, comentario en eLTeNDeDeRo de 29 de septiembre, de 7 de octubre.

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